Sudeste asiático: Singapur y Malasia
Elena

Asia es un enorme continente del que apenas habíamos visto una pincelada cuando visitamos Japón, así que este verano de 2013 decidimos que era hora de conocerlo un poquito mejor. Teníamos más o menos claro que la zona sería el sudeste asiático y que incluiría Tailandia sí o sí.

Los meses previos al viaje comprobamos que no nos cuadraba hacer una ruta entre países como Vietnam, Laos, y Tailandia, por el poco tiempo del que disponíamos y el precio de los desplazamientos, así que poco a poco fuimos perfilando el viaje, finalmente cuadramos la ruta Singapur- Malasia- Camboya y Tailandia y tras varios meses de preparativos, el 15 de agosto nos pusimos en marcha, nos esperaban 25 días intensos de viaje.

15 de agosto

Salimos de Madrid rumbo a Singapur sobre las 15:30 del mediodía con la compañia Qatar Airways. Nos esperaban unas 8 horas de viaje, hasta Qatar y luego otras 7 hasta Singapur.  Dormimos algo en el segundo vuelo y en general todo el trayecto fue tranquilo. La verdad es que volar nos gusta, así que los viajes largos, no son un problema, aunque al final inevitablemente se acumula el cansancio

16 de agosto

Llegamos a Singapur sobre las 3 de la tarde hora local. Pasar el control de fronteras no nos llevó demasiado tiempo y tras recoger la maleta y hacer todos los trámites nos dirigimos hacia el metro que estaba en el mismo aeropuerto y que tan sólo con un transbordo nos dejaría en nuestro hostel, en pleno barrio de chinatown. Lo primero que nos llamó la atención en nuestro camino en metro (que no siempre era subterráneo) fue la cantidad de banderas de Singapur colgadas en todas las casas y balcones. Íbamos pasando por bloques de apartamentos, piscinas y más bloques de apartamentos aún y tras aproximadamente tres cuartos de hora llegamos a Chinatown. Salimos del metro en pleno barrio chino y  ya vimos ese ambiente de mercado típico de este tipo de barrios.

Llegamos al hostel y tras hacer el check in y ver nuestra habitación casi nos quisimos ir, que horror. Es la primera vez que nos pasaba algo así porque en general no somos muy exigentes con los hostels y miramos bastante las opiniones de la gente que ya ha estado antes. Pero este tenía truco, tenían varios locales y nos debió tocar el peor. Era un pasillo no muy ancho con literas a los lados separadas por unas cortinas, sin ventilación ni espacios comunes, al más puro estilo cuchitril lúgubre. Al final del pasillo había dos baños, cutrillos, llenos de pequeños bichillos… Nosotros teníamos una habitación privada, que al menos no estaba separada con cortinas pero éramos 3 para una litera y una cama supletoria que no podía ni abrirse del todo porque no había espacio, imaginaos las dimensiones de aquello, por no hablar de lo sucias que estaban las sábanas. Se lo comentamos a la chica de recepción, que eso ni siquiera era una habitación triple, pasó un poco bastante de nosotros y nos dijo que todas las habitaciones estaban completas que hablaría con su jefe. Pues empezaba bien el periplo por Asia 🙂

Total decidimos olvidarnos un poco y salir a dar una vuelta por la ciudad, eran ya las 6 de la tarde así que decidimos pasar por la zona financiera y llegar a la zona de la bahía de Singapur. Era la hora de salida de los trabajos así que el CBD estaba muy animado, con la gente moviéndose entre rascacielos, colegas de trabajo tomando algo al salir…nos gustó el ambientillo, bastantes occidentales que trabajaban allí se mezclaban con asiáticos, había buen ambiente cosmopolita en general.

Habíamos visto muchas veces la Marina Bay de Singapur en fotos, vídeos y algún callejeros viajeros, tal vez es la zona más representativa de Singapur y la más fotografiada, así que estar allí después de tantos meses preparando el viaje fue muy chulo. Esperaba que hiciera calor, pero nos sorprendió una temperatura muy agradable e incluso una brisa fresca durante todas las noches que estuvimos en Singapur. Esa noche fotografiamos el hotel Marina Bay Sands al que volveríamos otras veces y que es un auténtico espectáculo para la vista.

Frente al hotel está la famosa estatua de Merlión, símbolo de la ciudad, animal mitad pez, mitad león. Se consiguen unas fotos espectaculares con los rascacielos detrás.

Es una zona ideal para pasear por la noche, con mucho ambiente

Cenamos en un food court, que es una especie de recinto con diferentes puestos para comprar comida y que tienen mesas comunes, así que son sitios ideales cuando vas con más gente porque así cada uno puede pedir lo que quiera en los diferentes puestos y puedes juntarte a  comer en la misma mesa. A lo largo del viaje comimos mucho en estos food courts (si tienen aire acondicionado se llaman así, si no, suelen denominarse hawkers) En españa los he visto en algunos centros comerciales.

De vuelta a chinatown preguntamos en algunos hostels cercanos por si tenían habitaciones para el día siguiente. y aunque encontrábamos opciones, todas eran bastante más caras que el hostel en el que estábamos así que por un poco de pereza y un poco de ahorrar unos euros, decidimos quedarnos en el hostel del terror 🙂

Como estábamos cansados decidimos irnos a dormir, total una cama es una cama, aunque sólo tengas media porque no se pueda abrir entera 🙂

17 de agosto

¡Nuestro primer día completo en Singapur!, teníamos ganas de conocer la ciudad y la primera visita del día iba a ser para ver el distrito de Little india. Hacía bastante calor ya a primera hora del día así que se agradecía entrar en el metro. Llegamos a little India y comenzamos un recorrido por el barrio, viendo los templos, la gente, los comercios.

Los templos son muy coloridos, con muchas figuras y muy bonitos en general. Podíamos pasar a todos y se agradecían como refugio para el calor.

Templo budista Sakya Muni Buddha Gaya, con fuerte influencia de la arquitectura tailandesa

Justo en frente está el Leong San See Temple o “Templo de la Puerta del Dragón de la Montaña», éste de influencia china

Dentro del templo se hacían ofrendas, se purificaban con incienso…

Templo hindú Sri Vadapathira Kaliamman, muy colorido

Templo Sri Srinivasa Perumal, con una impresionante torre de unos 20 metros.

El barrio es bastante animado y aunque el tráfico y el calor no ayudaban disfrutamos la visita.

La calle principal…

Y una constante en la ciudad… las casas bajas

Una mezquita en pleno Little india

La comida de ese día…

Después de comer y tras pillarnos una buena tormenta de la que tuvimos que refugiarnos en un bar, fuimos al distrito árabe, que nos sorprendió gratamente por el ambientillo de tiendas y restaurantes, todo muy chic

Mezquita del Sultán

Ya a última hora de la tarde y tras pasar por el hostel decidimos ir a dar una vuelta, de nuevo por el centro financiero y la bahía que nos pillaba cerca del hostel y estaba bastante animada la zona todas las noches.

Justo detrás del hotel Marina Bay Sands están los Gardens by the bay con un pequeño bosque de árboles artificiales que se iluminan por la noche y donde tiene lugar un espectáculo de luz y sonido, realmente bonito

Esa noche pudimos fotografiar un poquito mejor el Marina Bay Sands, además de pasear por el interior del hotel.

No dio tiempo a mucho más, así que ya después de cenar, y algo cansados, nos fuimos a domir.

18 de agosto

Éste era el último día completo en Singapur y en la ciudad de las compras era imprescindible echarle un vistazo a la zona de los centros comerciales. Fuimos a Orchard Road, una calle de algo más de 2 kms de largo plagada de centros comerciales a cada cual más lujoso. No recuerdo ya las tiendas de Gucci, Cartier, Louis Vuitton y demás que pudimos ver por allí…a mi no me gustan las compras en general, ni las marcas ni los centros comerciales pero bueno, la zona era bastante chula.

Ya por la tarde nos fuimos al Marina Bay Sands, para subir a  su increíble plataforma.

Las vistas desde allí arriba son simplemente espectaculares. Estuvimos bastante tiempo, esperamos a que se hiciera de noche…y simplemente nos quedamos observando ese increíble espectáculo de luces que nos ofreció la ciudad.

Era nuestro último día en Singapur, pero el viaje no había hecho más que comenzar, siguiente destino: ¡Malasia!

19 de agosto

Ese día nos levantamos temprano para tomar un vuelo hacia Malasia. Íbamos a  cambiar totalmente de tercio y de la cosmopolita Singapur aterrizaríamos en las paradisiacas islas Perhentian. La verdad es que con sólo salir de aquel hostel ya el cambio tenía que ser a mejor, o eso esperábamos. El viaje iba a ser un poco ajetreado.

Primero tomamos un avión que nos llevó a Kuala Lumpur, tras pasar los trámites de la frontera y sin salir del aeropuerto cogimos otro avión con destino a Kota Bahru una pequeña ciudad desde donde tuvimos que coger un taxi que tardó mas o menos una hora hasta el embarcadero desde donde saldría nuestro bote hacia las islas. Uff menudo día

Lo más emocionante de todo el viaje fue sin duda el trayecto en speed boat hasta las islas, el típico bote que se eleva unos centímetros sobre las olas y que cuando pilla una ola más grandecita de lo normal hace que te separes unos centímetros del bote tu también. A mi me encantan esas cosas,  y disfruté muchísimo el trayecto de una hora y pico, además me iba mojando un poco con las olas y me encantaba, pero hubo gente que no lo pasaba tan bien por el mareo y poqrque a veces da un poquito de miedito como pillan las olas 🙂 La verdad es que en el bote íbamos un poco apretados, y es que había que rentabilizar el viaje.

Reservar alojamiento en las islas es bastante difícil, hay pocos sitios donde lo hagan por adelantado y 4 meses antes del viaje, casi todos ellos nos decían que ya estaban todas las fechas ocupadas. Finalmente di con uno que no tenía muy buenas críticas en general, supuestamente la playa donde estaba tampoco… y bueno en general parecía un poco cutrillo, pero bueno era barato y lo reservamos. Yo ya iba con miedo de lo que pudiera encontrar después de lo que había pasado en Singapur,  pero cuando llegamos arghhh un resort! cutre para los que estén acostumbrados a este tipo de alojamiento, pero tenía piscina (sucia a más no poder) y sobre todo, teníamos camas y estaban limpias!  En serio nos pareció todo maravilloso, la playa, las camas, el baño… hay que ver cómo puedes disfrutar de las cosas cuando superan tus expectativas…y las nuestras  no eran muy altas 🙂

20 de agosto

Después de dormir como hacía muchos días que no dormíamos y de comer el mejor, y casi único buffet en el desayuno del viaje, decidimos contratar una pequeña excursión de unas horas para hacer esnorkell por la isla, vamos bucear con tubito y gafas. La idea era que nos enseñaran los mejores puntos para hacer snorkell en las islas y así, al día siguiente contratar un kayak y hacerlo nosotros por libre.

Hacer snorkell era una pasada, plagado de peces, buen coral…

Y entonces le llegó el turno a las tortugas… Es emocionante ver animales que no ves en tu entorno normalmente, y más estando en libertad… no queríamos molestarlas mucho,  pero no pudimos evitar hacer algunas fotos, ¡era la primera vez que veíamos tortugas gigantes!

Las horas pasaron muy rápido y pronto estuvimos de vuelta para comer, por la tarde decidimos cruzar al otro lado de la isla. Había dos caminos, y sin saber muy bien nos metimos por el de la jungla. Era corto pero algo duro porque hacía bastante calor y a veces era un poco empinado, además no íbamos preparados, llevábamos chanclas, y no teníamos repelente, así que a  alguno le acribillaron los mosquitos, nuestra protección contra el dengue por los suelos jeje. Empezamos a escuchar sonidos que provenían de unos monos que andaban por ahí curioseando, como íbamos solos se dejaron ver algunos animales como algún lagarto… Llegamos al otro lado de la isla que no nos gustó demasiado, había ya bastantes construcciones y el entorno en general nos pareció un poco más feo.

En las playas suele haber algunas barcas, lanchas rápidas y demás para cruzar de un lado a otro de las islas, o incluso de una isla a otra, que están bastante cerca. Cogimos una para ir a la otra isla que se suponía era más mochilera, y más hippie, y la verdad es que lo era, aunque estaba un poco más llena en general, había mucho ambiente.

Nos tomamos una especie de granizados mientras veíamos la puesta de sol, muy bonita. Como podéis apreciar por la suciedad de las sillas, es bastante cutrillo todo 🙂

En ese momento no sabíamos lo que nos esperaba un ratito más tarde. Era ya de noche y nos debatimos entre quedarnos a cenar en esta isla o irnos a la nuestra. Finalmente decidimos irnos  a la nuestra. Llevábamos todo el día por ahí y el cansancio era ya importante. Teníamos unos 15  minutos en speed boat  y os aseguro que fueron de los más largos de nuestra vida 🙂 Hablamos con el chico que tenía los precios más baratos de toda la playa para que nos llevara. Yo creo q le molestó que llegaramos porque bastante serio nos llevó hasta la lancha. Al poco de salir de la playa nos dimos cuenta de que era el único que no llevaba ninguna luz, absolutamente nada que indicara a las otras lanchas que pasaban de un lado a otro a toda velocidad que estábamos allí. Para colmo el mar estaba algo revuelto y la pequeña lancha volaba literalmente. El golpe al saltar cada ola era tal que además de hacernos levantar de nuestros asientos nos daba unos golpes que hacían que nos doliera toda la espalda, puro dolor. El único apoyo que teníamos eran unas barras en el lateral de la lancha a las que nos agarramos con todas las fuerzas que teníamos, a mi al día siguiente aún me dolía la mano 🙂 Pero sobre todo era el hecho de no llevar luces…creo que ninguno habló en todo el viaje, y creo además que fue una estupidez haber hecho todo el viaje en esa barca, porque realmente fue un peligro.

Tras un rato que se hizo eterno llegamos a  la playa, cenar, unas cervezas y a dormir..que el día había sido duro 🙂

21 de agosto

Este fue el día elegido para alquilar un kayak y recorrer la isla a nuestro aire. No se me ocurre forma mejor para conocer calas y bucear que en tu propio kayak, llegas donde quieras, estás el tiempo que te apetezca…

Fue un día genial, nadamos con tiburones…

Con las tortugas…

Vimos rayas..

, vimos peces de mil colores, playas de postal…

Estar en un paraíso así es alucinante. Estuvimos bastantes horas, nadando, buceando, paleando..pero estás tan alucinado con lo que estás haciendo que no te das cuenta del cansancio. Regresamos ya cuando estaba oscureciendo con la seguridad de haber pasado un día inolvidable.

Apenas habíamos acabado de cenar cuando se desató la tormenta del siglo. Truenos, lluvia torrencial, no podíamos salir del rústico chiringuito donde estábamos poco más de 10 personas. Nuestro hotel estaba a  apenas 200 metros pero era imposible avanzar. Al cabo de hora y pico la lluvia aflojó, momento que aprovechamos para salir corriendo hacia nuestras habitaciones, con algo de suerte, porque la lluvia siguió durante la noche. Bonita despedida de unas islas maravillosas.

http://www.youtube.com/watch?v=h6fC69D-wlY

22 de agosto

Nos despertamos temprano para poner rumbo al centro de Malasia, nuestro próximo destino era la selva, el parque natural de Taman Negara. Después de coger el speed boat para llegar otra vez a tierra un poco más firme, sacamos unos billetes en un autobus que nos llevaría hasta Jerantut, pequeña localidad a las puertas de Taman Negara. Tras 3 ó 4 horas de viaje, ya no recuerdo, paró para que pudiéramos comer algo y distribuir a la gente en furgonetas que nos llevarían a nuestros destinos exactos.

Jerantut era un pequeño pueblo con poco más de tres calles principales y bastante feillo, un poco destartalado…y poco encanto 🙂 Y eso es lo que hacía que fuera genial estar allí, en la Malasia profunda 😀

Nos fuimos pronto a dormir, al día siguiente nos esperaba un poquito de selva malaya.

23 de agosto

El día amaneció nublado, que lloviera era bastante malo para un trekking por la selva, aún así subimos al rudimentario autobus que nos llevaría en poco más de una hora hasta la entrada del parque nacional Taman Negara, como nos temíamos, al poco de montar, comenzó a llover. La lluvia era tan intensa durante el trayecto en bus que pronto comenzó a haber goteras por todos lados. Con ese panorama temimos que no pudiéramos ni bajar del bus al llegar a la entrada del parque nacional y tener que volver. Cuando llegamos aún seguía lloviendo aunque parecía que no tan fuerte, de todos modos decidimos quedarnos (hasta las 3 de la tarde no salía el siguiente autobús y eran poco mas de las 9) Tras esperar un buen rato empezó a clarear el día y paró de llover, habíamos tenido mucha suerte.

Iniciamos el camino por la selva que nos pareció bastante facilito, bien indicado y ademas ibamos siguiendo un camino elevado, por suerte porque todo estaba embarrado, empezó a salir el sol y a  hacer un calor más que considerable.. Íbamos subiendo por el camino, hacia una montaña, sudando, subiendo, sudando…todo a partes iguales en un momento dado siento un dolor intenso en mi pierna, miro… avispas gigantes!!! 4ó 5 veces el tamaño de una de aquí. Eché a correr, me daba igual que me dijeran que no corriera que era peor, cuando chema sintió el picotazo de hasta 3 avispas casi simultaneamente también corrió…dolían y mucho y sólo empezó a pasar un poco al echarnos barro, …fauna local.

Seguimos andando yo ya nerviosa, un par de chicos pasaron en sentido contrario al nuestro y nos advirtieron de que más arriba, era peor, estaba lleno de sanguijuelas, en fin, al menos esas no dolían, o eso esperaba. Por suerte conseguimos encontrar alguna que iba ya por la zapatilla camino de nuestras piernas y creemos que ninguna llegó a su objetivo. Mientras nosotros seguíamos sudando. Por fin llegamos a la cima de la montaña, y sí…mereció la pena…

La selva es muy chula, una pena no haber tenido más tiempo para habernos adentrado un poco más

Vimos un poquito más de fauna, esta menos agresiva que las avispas…

Se acercaba la hora de la comida así que fuimos a comer  a uno de los restaurantes flotantes que había en el rio

comimos unos pocos noodles, flotantes también 😉

y fuimos a coger el  autobus, cansados pero satisfechos de haber podido hacer el trekking por la selva,

el centro de Malasia, bien había merecido la visita.

24 de agosto

El 24 pusimos rumbo a la capital del país, Kuala Lumpur, de la que sólo habíamos visto su aeropuerto. Llegamos a la estación de autobuses de Jerantut, tal y como habíamos hecho el día anterior y cogimos un autobus que nos llevaría directos.

Estación de Jerantut

El autobus paró bastantes veces y aunque el viaje se iba haciendo un poco más largo de lo deseado el paisaje y los pueblos eran bastante pintorescos.

Llegar a Kuala Lumpur nos dio esa visión de profundas desigualdades del país. Vimos zonas muy empobrecidas, gente viviendo en chabolas llenas de basura por todas partes…mientras a lo lejos veías rascacielos, las torres petronas… Desde luego hay que verlo.

Cuando llegamos a la estación de autobuses cogimos el monorrail que nos llevaba hasta el hostel. Tras dejar las mochilas y comprobar que el hostel al menos estaba decente nos fuimos a comer a un hawkard local y a visitar la zona de las Torres Petronas, que ya teníamos bastantes ganar de ver 🙂

De camino fotografiamos algunos barrios típicos y cosas curiosas…

Kuala Lumpur es una ciudad horrible para caminar. Hay autopistas en mitad de cada zona de la ciudad que cortan tu camino, y te impiden tomar el más corto de un punto a otro de la ciudad. Las aceras a veces son inexistentes, mal cuidadas y bastante peligrosas. Eso unido al calor, la contaminación y demás hacen de muchas zonas de Kuala Lumpur un lugar muy difícil para vivir.

Sin embargo en Kuala Lumpur también hay zonas agradables, como parques que sirven de pulmón de la ciudad y dan un refugio para el calor Aún así, no es suficiente 🙂  A los pies de las Torres Petronas hay un parque, el KLCC Park. Que tiene unas piscinas para refrescarse y unos jardines muy chulos para pasear, hacer deporte y demás…

Allí estuvimos un buen rato bajo las Torres Petronas, que tantas veces habíamos visto en fotos y que volveríamos a ver los siguientes días. Estar en estos símbolos de las ciudades es realmente bonito. Son sitios que parece que conoces ya porque los has visto muchas veces en imágenes, pero cuando estás allí ves realmente el lugar que ocupan en el entorno, como encajan en la silueta de la ciudad y normalmente suelen sorprendente, en este caso no son sólo las torres, son el resto de edificios que les rodea…

La noche caía en la moderna Kuala Lumpur y nosotros con ella, tras cenar en una de las zonas más comerciales de la ciudad nos fuimos a dormir, cansados, pero con ganas de conocer un poco más aquella extraña y caótica ciudad.

25 de agosto

Cuando iniciamos el viaje temimos un poco por el tiempo. Época de lluvias, calor intenso…de momento habíamos tenido suerte y aunque hizo bastante calor durante alguno de los días que llevábamos en Asia, no fue comparable a lo de este día, el 25 de agosto, donde tuvimos un sol de justicia durante toda la mañana y donde puedo asegurar que he pasado el mayor calor en toda mi vida. No se cuántos grados habría pero estar en un lugar con ese calor y ese sol tan intenso, lleno de asfalto, coches, autopistas que te rodean por todas partes no es nada agradable. Es una pena porque tienes tantísimo calor que disfrutas las cosas…pero a medias. Voy poniendo fotos de lo que fuimos encontrando ese día en Kuala Lumpur

Tras una pequeña caminata llegamos a nuestro destino, la plaza Merdeka, así como suena. En 1957 fue proclamada aquí la independencia de Malasia, se bajó la union Jack y se izó la bandera malaya sobre un mástil de más de 100 metros, se dice que es el poste de bandera más alto del mundo, continúa hoy en la plaza

La plaza es muy grande también, tiene hasta un campo de cricket en medio

Tuvimos suerte porque estaban preparando la plaza para las celebraciones del día de la independencia, así que estaba cerrada al tráfico, si no, la plaza está rodeada por aproximadamente seis carriles….una locura

De ahí fuimos hacia little india, barrio hindú muy auténtico y bullicioso…la verdad nos gustó mucho el ambientillo de bazares y gente,…

Cine con los últimos éxitos de Bollywood…

Después de esto se desató una gran tormenta que fue lo más parecido al monzón que vimos en todo el viaje. Tuvimos suerte y pudimos ir refugiandonos sin mojarnos hasta el hostel.

Por la noche y ya con el cielo despejado fuimos a fotografiar las torres petronas en todo su esplendor…

Si el sitio ya es espectacular por el día, por la noche aún más…

Se acaban los días en Kuala Lumpur, al día siguiente nos esperaba la excursión a las Batu Caves.

26 de agosto

Día de excursión a las Batu Caves, no muy lejos del centro de Kuala Lumpur en un cómodo trayecto en tren. Nada más llegar nos recibe una imponente estatua y unos cuantos monos que pelean por la comida que les arrojan algunos turistas…

El lugar a parte de la espectacular cueva es famosa por sus monos, que se concentran en la alta escalinata que hay que subir hasta las cuevas, y con los que hay que tener bastante cuidado, pueden parecer encantadores, pero actúan de forma bastante agresiva, así que pese a las advertencias de que no se les de comida, que no se lleve comida en la mano y demás vimos unas cuantas escenas peligrosas, que provocaron que varios turistas subieran las escaleras aterrorizados. Una niña con un collar de flores en el cuello recibió un fuerte tirón de un mono que por supuesto se llevó el collar y que dejó a la niña llorando mientras su padre intentaba ahuyentar al resto de monos que estaban repartidos por la escalera.

Una gran estatua antes de subir las escaleras…

El interior de las cuevas…

Un mono con un trofeo arrebatado a algún turista…

Tras comer y volver a Kuala Lumpur aprovechamos la última tarde en la ciudad para ver zonas que aún no habíamos visto, dar un poco de vueltas mientras intentábamos salvar las númerosas autopistas que íbamos encontrando y despedirnos un poco de la extraña  ciudad que es Kuala Lumpur.

 

1 Comentario

  1. Sensacional y detallado diario.
    Me quedo con Little India de Singapur, no creo que haya algún lugar más parecido a la India fuera de India. En especial el Templo Sri Veerama Kaliamman .
    Y la ciudad en sí , que decir. Cosmopolita como pocas.
    Ese trekking por el parque nacional Taman Negaraha de haber estado muy interesante.
    Saludos 🙂
    Carlos

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