6 de agosto de 2020 Esos atajos que no salen bien
Elena

Esta era la típica etapa de transición desde el bonito pueblo de Olite hasta Calahorra, sin nada que a priori nos pudiera llamar la atención. La mayor parte fue por carretera, sin mucho arcén y un poco desagradable por tener que ir atentos al tráfico, aunque la mayoría de coches nos adelantaban muy correctamente, no es lo más cómodo.

Sobre la una de la tarde comenzó a hacer mucho calor, seguíamos por carretera y al fondo vinos que teníamos que subir una fuerte pendiente. El hecho de subir con ese calor ya agobia y si lo haces teniendo que mantener cierto ritmo porque vas con el tráfico, agobia aún más, así que vimos que había un camino alternativo por el campo, que también subía y donde haríamos un par de kilómetros de más pero pensamos que compensaba con tal de no ir por la carretera. Bueno pues nos metimos por ese campo, a las dos de la tarde, un secarral de los de libro…lleno de piedras que dificultaban mucho la subida… Creo que éramos las únicas formas de vida en ese paraje … nosotros y las moscas, que se emperraban (o enmoscaban 🤔) en que en nuestros ojos se estaba más fresquito 🙄

Total que el cambio de última hora no nos salió nada bien, pero bueno, son cosas que pasan, a veces salen bien y otras no tanto. Lo bueno es que nuestra llegada a la civilización nos llenó de alegría, y al final lo compensa.

La línea amarilla es la que debíamos seguir, la roja nuestro atajo

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